lunes, junio 12

DESDE LA LIBERTAD

En días recientes he ido realizando pequeños cambios en el blog, después que su función original de ejercicio académico ha terminado. Aunque ilustro estas palabras de hoy con un nacimiento, el de Venus desde las ondas marinas, no pretendo dar a entender que hay una vuelta a la vida, a una vida distinta, de este espacio. Más bien lo contemplo como una transformación hacia algo plenamente personal de lo que había ya, pues estuve pensando la opción de deshacerme de esta publicación y, finalmente, la he declinado. Preferí mantenerla. Sin embargo, hará más que nunca honor a su nombre, pues tan sólo creo que vuelva sobre ella de cuando en cuando. En los momentos en que me percate de que escribir aquí tiene su completa justificación.
Quiero trazar con tranquilidad y detenimiento mis intenciones con respecto a este blog. Ya las iré reflexionando con tiempo. Meditando las líneas que separarían aquello que de mí es transferible sin cruzar la frontera de lo que prefiero guardarme bien. El secreto de todo eso está en la forma de comunicarlo, supongo. Darse a conocer, expresarse en palabras, es en cierto modo un impulso que tenemos las personas, por lo que resulta legítimo llevar a cabo una aspiración así usando los instrumentos a nuestro alcance. Observando unas maneras honestas, dignas y útiles, se justifica de sobra la dedicación que en ello ponemos.
Todavía no sé bien lo que podría hacer, cómo podría hacerlo. Convertirlo en una proyección personal no es tan sencillo como en principio parece. Sobre todo porque alcanzar el tono y el estilo con los que revelar sin desvelar, o contar sin entregarse a lo que sería contar cuitas que a nadie más que a mí importan, requiere trabajo y las ideas bien claras y dibujadas. Así que intentaré conducirme poco a poco en esta nueva fase, haciendo camino al andar y aprovechar este medio para lo que yo y los otros merecemos.